El Sabadell presentó el pasado jueves su largamente anticipado plan estratégico 2025-2027, con el que espera torpedear definitivamente la oferta de compra (opa) del BBVA. La hoja de ruta tiene un primer público evidente: los accionistas del banco catalán, a los que prometió una remuneración récord de 6.300 millones de euros en tres años para que rechacen la oferta de su rival. Sin embargo, también está dirigida a un segundo público menos directamente implicado en la operación, pero igualmente relevante en su posible desenlace: los cerca de 30 analistas financieros que examinan las cuentas y perspectivas del banco para hacer recomendaciones a los inversores sobre si comprar, mantener o vender las acciones de la entidad.
Los gestores del Sabadell confían en que su nueva estrategia provoque que estos expertos eleven la valoración económica que hacen del banco y que ello complique el éxito de la opa al BBVA. Los analistas dan actualmente un valor a las acciones de la entidad catalana de 3,09 euros de media, según los datos que recopila ‘Bloomberg’. El día previo a la presentación de la estrategia, los títulos cerraron en bolsa a 2,938 euros, lo que implica que su potencial de revalorización a ojos del mercado era limitado. Concretamente, de en torno al 5%, después de que sus acciones hayan subido un 84% desde que se filtró la intención del BBVA de hacerse con su rival a finales de abril de 2024.
Si el Sabadell consigue convencer a los analistas con su nuevo plan trienal, es previsible que el precio objetivo medio que otorgan al banco se eleve, lo que normalmente provocaría que su cotización también subiera. Ello añadiría presión al BBVA: el banco catalán vale ya en bolsa en torno a un 15% más de lo que ofrece el grupo de origen vasco. Es decir, sus accionistas obtendrían hoy un rendimiento mayor vendiendo en el mercado que acudiendo a la opa. Si los títulos del Sabadell siguen subiendo, esta brecha podría aumentar, aunque depende también de la evolución de las acciones del BBVA. El grupo de origen vasco no presentará plan estratégico hasta después de que se resuelva la operación, pero el próximo jueves anunciará sus resultados semestrales, un hito que también tiene consecuencias en la cotización.
Prima negativaLo habitual en una opa es que el valor en bolsa de las acciones de la empresa que es objeto de la oferta se sitúe cerca pero algo por debajo del precio ofrecido por la compañía compradora. El hecho de que en este caso el Sabadell cotice un 15% por encima de la opa (lo que se conoce como prima negativa) tiene una implicación clara: el mercado presiona al BBVA a mejorar su oferta. El banco ha negado tajantemente desde hace meses que lo vaya a hacer, lo cual puede ser verdad o no, porque en este tipo de operaciones nadie anticipa una de esas mejoras para no verse comprometido si cambian las circunstancias.
Lo que parece claro es que si el Sabadell sube en bolsa a raíz del plan estratégico, la presión para que el BBVA mejore su propuesta será mayor, salvo que sus inminentes resultados semestrales disparen su cotización. Si se tiene en cuenta el valor que los analistas dan a la entidad de origen vasco (14,1 euros por acción) y la ecuación de canje de la opa (una acción propia y 0,7 euros en metálico por cada 5,3456 títulos del Sabadell), el BBVA debería mejorar su oferta un 11% para igualar el valor potencial que los analistas dan a la entidad catalana, a lo que probablemente habría que añadir una prima. Pero si este valor potencial aumenta en mayor medida de lo que pueda hacerlo el del BBVA, esa subida de la oferta tendría que ser mayor.
Lo que no es evidente es qué margen tiene el banco presidido por Carlos Torres para pagar más sin que se vea afectado su valor en bolsa, ya que una mejora del precio iría en contra de los beneficios económicos que espera obtener con la compra, a su vez ya reducidos por las condiciones fijadas a la opa por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Gobierno. A pesar de estos requisitos, el banco ha decidido seguir adelante, pero los argumentos en que basa que sigue teniendo sentido económico hacerlo no se conocerán hasta la publicación del folleto de la operación a principios de septiembre.
Un mes claveFrente a ello, el Sabadell ha lanzado su plan 2025-2027 con el doble objetivo de seducir a sus accionistas y a los analistas en contra de la opa. El momento elegido no es casual, como vino a reconocer su consejero delegado, César González Bueno, el pasado jueves: «Cuando hay noticias positivas de resultados trimestrales y planes estratégicos, tarda del orden de un mes en ajustarse el precio de forma definitiva». Es decir, que dicho ajuste del precio objetivo de la acción y de la propia cotización en bolsa, que espera que sea al alza, se producirá muy poco antes de que comience el periodo de aceptación de la opa, previsto para principios de septiembre.
Para lograr su objetivo, el Sabadell ha asegurado al mercado que prevé obtener en los próximos tres años unos resultados mejores de lo que esperan los analistas. Así, ha afirmado que logrará un beneficio de más de 1.600 millones en 2027 (de hecho, cercano a los 1.700 millones, aunque no lo precisó), frente a los 1.470 millones calculados por el consenso del mercado. La rentabilidad prometida es del 16%, por encima del 14,5% pronosticado por los expertos. Todo ello le permitiría remunerar a sus accionistas de forma ordinaria con 3.800 millones en el trienio (frente a los entre 3.000 y 3.500 millones del consenso), a los que se suman los 2.500 millones de dividendo extraordinario en efectivo por la venta de su filial británica TSB.
En las próximas semanas se verá si ha logrado convencer a los analistas de que revisen sus estimaciones, pero las primeras reacciones han sido positivas, según varios informes a los que ha tenido acceso este diario. RBC ha apuntado que el plan «parece haber logrado el equilibrio adecuado entre ambición y realismo», mientras que CaixaBank considera que el Sabadell «ha aumentado la presión al BBVA para que aumente su oferta» y Alantra estima que su cotización en bolsa respecto al valor contable debería subir para aproximarse a la de entidades comparables como CaixaBank y Bankinter. JB Capital ya ha elevado el precio objetivo que da a sus acciones tras la presentación del plan (de 3,8 a 4 euros), lo mismo que ha hecho Exane (de 2,7 a 3,1 euros) y considera «probable» ejecutar Alphavalue (desde los 3,53 euros).
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