Escapar de la rutina, explorar nuevas culturas y relajarse son las metas de muchos viajeros cuando compran un billete de avión. Sin embargo, hay destinos que ofrecen algo mucho más importante: una profunda huella transformadora. Costa Rica es uno de esos lugares del mundo donde un viaje va más allá de playas paradisíacas, patrimonio cultural y paisajes de gran belleza. Sus tasas generales de bienestar, su gran biodiversidad y su elevado promedio de esperanza de vida, especialmente en la península de Nicoya, hablan por sí solos.
Adéntrate en la Pura Vida de Costa Rica y conoce los rincones más impresionantes del país.El poder de la naturaleza costarricenseLa continua conexión que en este país se establece con la naturaleza será el primer flechazo que cale en nosotros. Estar rodeado en todo momento de selvas exuberantes, volcanes imponentes, ríos bravos y playas infinitas hace comprender que «Pura Vida» no es un simple lema, sino toda una filosofía de vida natural. Si a esto le sumamos la cantidad de coloridas aves sobrevolando sus cielos, los perezosos colgando de sus ramas, las tortugas desovando en sus playas y alrededor de otras 500.000 especies de animales latiendo en sus junglas, la naturaleza se desborda muy dentro de nosotros.
Uno de los exuberantes bosques de Costa Rica. / Istock / EyeEm Mobile GmbH
Para poder experimentar el poder de su naturaleza, tendremos que subir a sus volcanes. Costa Rica forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, por lo que cuenta con casi 200 formaciones volcánicas, aunque, entre ellas, tan solo siete están activas. Rincón de la vieja, Arenal, Poás, Turrialba, Irazú, Miravalles, Tenorio son estos gigantes que forman parte de ricos parques nacionales.
El volcán Arenal de Costa Rica. / Istock / Janusz Kubow
La nación cuenta con un 26% de su territorio protegido por parques nacionales y reservas, otro de los motivos de que se conserve virgen. La Reserva Biológica Monteverde y los Parques Nacionales de Manuel Antonio o Corcovado son algunas de estas áreas en las que merece la pena perderse para apreciar los murmullos naturales o el aleteo de las oropéndolas.
Deporte y bienestarEn este impresionante entorno, son numerosas las actividades de aventura que pueden realizarse, como tirolinas que sobrevuelan las copas de sus árboles, rapel, buceo, paseos a caballo, esnórquel, kayak, rafting y fabulosas rutas de senderismo. También por la noche podremos permanecer envueltos entre la naturaleza y sus mágicos sonidos en alguna de las cabañas y ecoresorts que se encuentran en plena selva tropical. Una belleza natural embriagadora que nos hará desconectar por completo del mundo digital para conectar con nosotros mismos y con el entorno.
Costa Rica es un paraíso para los amantes del yoga. / Istock / Fertnig
Además, Costa Rica ha hecho del bienestar el pilar para vivir este destino. A lo largo y ancho del país, se reparten diversos retiros de yoga y bienestar, como Nosara y Santa Teresa. Las aguas termales del volcán Arenal, por su parte, son otro punto donde relajarse, aprovechando sus propiedades terapéuticas. Pero el bienestar es mucho más que esto, también es empaparse del modo de vida tico, disfrutar de las cosas pequeñas de la vida, pasear al atercer mirando al mar o simplemente tomarse un zumo de frutas frescas. Porque rejuvenecer cuerpo, mente y alma también es desconectar.
Los guardianes de la “Pura Vida”Uno de los factores que más marcan cuando viajamos a un destino es cuán acogedora sea su gente. La amabilidad de los ticos es muy característica, haciéndonos reflexionar en la importancia de mantener la esencia de las cosas y continuar contagiándose de su «Pura Vida». Una actitud relajada, positiva, amable, alegre y cálida que los locales llevan por bandera y que podremos vivir de primera mano conviviendo con ellos en algunas de las comunidades que se han abierto al turismo para compartir su día a día.
Costarricenses celebrando su folclore en San José. / Istock / Salvador Aznar
Una experiencia única que se puede llevar a cabo en Mollejones, por ejemplo, donde los lugareños enseñan a elaborar pan o dulces típicos como las cajetas. Cuando dejes Costa Rica, no solo te llevarás contigo las imágenes de sus paisajes. El aprendizaje «Pura Vida» te acompañará para recordarte que los verdes de Costa Rica y la amabilidad de los ticos son mucho más que un recuerdo.
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