Una tierra donde la historia, la cultura y la naturaleza se entrelazan para ofrecer experiencias únicas. Un lugar en el que se vive la pasión por su entorno, donde se cuidan y se miman sus tradiciones y en el que es imposible no quedarse maravillado ante sus preciosos pueblos.
Estamos en la Costa Brava, una franja de litoral que se extiende desde Blanes hasta la frontera con Francia. Una región de Cataluña que parece haber sido tocada por una varita mágica en la que se ofrecen paisajes de contrastes únicos en el mundo: desde sus acantilados escarpados a sus calas escondidas de aguas cristalinas envueltas por bosques de pinos que llegan hasta la orilla. Sin olvidarnos de los maravillosos pueblos medievales del Empordà o parques naturales como el Cap de Creus o el Montgrí, que brindan oportunidades excepcionales para el paseo, el senderismo o, simplemente, la contemplación del entorno.
Calella de Palafrugell / Josep M. Palau Riberaygua
Conocer este lugar es conocer también sus comarcas. Se divide en tres principales: la Selva, en la que se encuentran localidades como Blanes y Lloret de Mar; el Baix Empordà, con maravillas como Peratallada o Calella de Palafrugell; y el Alt Empordà, en el que se encuentra Cadaqués, uno de sus pueblos más codiciados.
Recorremos las tres comarcas en busca de cinco experiencias que encapsulan a la perfección la esencia de la Costa Brava.
Capturar el aroma del paisajeEn el corazón del Empordà es donde encontramos una experiencia sensorial única: la de crear tu propio perfume a partir de plantas y esencias naturales recolectadas en uno de los paisajes del Empordà. Según su dueño y perfumista, Ernesto Collado, Bravanariz es la única marca 100% natural de Europa en la creación de perfumes. ¿Su secreto? No trabajar con plantas de cultivo, pues todos sus perfumes son creados con la recolección de plantas silvestres que, luego, serán transformadas en olores que nos transporten hasta sus tierras.
Aquí podrás vivir una de las experiencias más singulares de la Costa Brava: la de crear tu propio perfume a partir de esencias naturales que recolectarás en los alrededores de su caserío donde, por cierto, puedes quedarte a dormir en unas coquetas y cuidadas habitaciones. Una experiencia que sirve no solo para elaborar una fragancia que llevarte a casa, sino también para conectar profundamente con el entorno y aprender sobre las plantas autóctonas y sus propiedades curativas. Al terminar podrás llevarte contigo un pedazo del paisaje vivido durante tu visita, encapsulado en una botella en forma de perfume.
Tradición y diseñoLa cerámica de La Bisbal d’Empordà, situada en el corazón de la Costa Brava, es uno de los oficios artesanales más representativos de la región catalana. Con una tradición que se remonta al siglo XVIII, esta cerámica destaca por sus colores vivos – especialmente el rojo, verde y amarillo -, sus formas decorativas tradicionales y su producción tanto utilitaria como artística.
Taller de Gla Empordà / Josep M. Palau Riberaygua
En este pueblo rodeado de talleres de artesanos lo saben muy bien, pues llevan décadas combinando las técnicas ancestrales con diseños contemporáneos que siguen manteniendo viva una identidad cultural tan arraigada y querida en la zona. Aquí, en este precioso pueblo, hay una parada imprescindible si quieres conocer más sobre este oficio y hacerte con una de sus creaciones: Gla Empordà, una tienda y taller que fusiona el arte cerámico con el diseño moderno, ofreciendo piezas únicas, sostenibles y hechas a mano. Una tienda que va mucho más allá de vender cerámica: sirven como centro de exposiciones de artesanos con una misión clara, la de representar y dar valor a la artesanía de la zona con obras de artesanos que están convirtiendo este oficio en un auténtico paraíso para amantes del arte.
En las aguas de la Costa BravaHay una forma única y especial de contemplar la Costa Brava: hacerlo a través del mar Mediterráneo. Una de las más auténticas es la de hacerlo a bordo de un llaüt, una embarcación tradicional de pesca de la zona. Uno de los recorridos más bonitos y escénicos es el que se hace desde Palamós, conocido por tener las mejores gambas rojas de Cataluña, hasta Calella de Palafrugell, un precioso pueblo de casitas blancas que bien podría ser el escenario de una película de Disney.
Una de las empresas con las que puedes vivir la experiencia es Custom Sailing, que cuentan con embarcaciones de este tipo en el puerto de Palamós. Estas embarcaciones, que no alcanzan una gran velocidad y navegan cerca de la costa, son perfectas para tener una panorámica de algunos de los lugares más bonitos de la zona: la Playa de la Fosca, el Castell de Sant Esteve, la Playa del Castell o la Cala S’Alguer, conocida por tener unas preciosas barracas de pescadores de colores que son un auténtico espectáculo para la vista. Estas, además de estar declaradas como Bien de Interés Cultural, son un claro ejemplo de la histórica vida de los pescadores en la zona.
Playa de Calella de Palafrugell / Félix Lorenzo
Para finalizar nos espera Calella de Palafrugell, un precioso pueblo blanco en el que se dice que Serrat se inspiró para crear la canción de Mediterráneo, y que es un auténtico tesoro perfecto para ser paseado. Una de las panorámicas más bonitas de este lugar es presenciar las pequeñas embarcaciones típicas de barcas varadas a las orillas de sus playas.
Un paseo por pueblos con encantoViajar por la Costa Brava es adentrarse en un litoral donde los pueblos parecen haberse detenido en el tiempo, abrazando el mar con una serenidad embriagadora. Más allá de Calella de Palafrugell, desde donde se puede recorrer un tramo del camí de ronda hasta Llafranc, hay otros pueblos que también representan toda la belleza de este territorio.
Continuando hacia el noroeste, se puede llegar a Cadaqués, quizás el pueblo más emblemático de la Costa Brava. Refugio de artistas como Salvador Dalí, sus calles empedradas, sus fachadas blancas y su luz mediterránea hacen de este lugar uno de los más bonitos de la zona. Imprescindible es ir hacia las afueras, bordeando la playa, para tener la mítica panorámica de la zona: su pequeña bahía con el pueblo de telón de fondo.
Más al interior, Peratallada sorprende por su arquitectura medieval perfectamente conservada. Este pueblo es conocido por el buen estado de conservación de su casco antiguo, cuya construcción se remonta al siglo XI. Su nombre ya da una idea de lo que encontraremos, que proviene del catalán antiguo y significa «piedra tallada», en referencia a las piedras utilizadas para construir las casas y murallas del pueblo. Su arquitectura está basada en calles empedradas, casas de piedra y un castillo fortificado en el centro del pueblo, que fue el centro de la baronía que pertenecía al linaje de los Peratallada, que datan del siglo XI.
¿Planificando tu viaje a la Costa Brava?El cierre perfecto lo ofrece Tossa de Mar, en el que nos encontraremos con las murallas de la Vila Vella alzándose frente al mar. Su origen se remonta a inicios del siglo XIII, cuando para proteger al pueblo de ataques de piratas se elevó un recinto amurallado. Ahora es el único ejemplo de población fortificada que queda en todo el litoral catalán, declarado monumento histórico-artístico en el año 1931.
Tossa de Mar / Istock / Dark_Eni
Aparte de su imponente muralla, que tiene una de las vistas más espectaculares de la zona, aquí también encontrarás aguas cristalinas, acantilados y una rica gastronomía mediterránea que han hecho de la localidad un destino que todo el mundo adora.