Con el Día Mundial del Glaucoma a la vuelta de la esquina, que este año cae el 12 de marzo, es esencial que nuestra salud ocular sea siempre una prioridad. Sin embargo, muchos de nuestros hábitos diarios pueden contribuir a la aparición de glaucoma y una pérdida de visión.
Nimmi Mistry, oculista profesional en Vision Direct, ha reunido en una lista algunos hábitos diarios relacionados con problemas de visión tanto a corto como a largo plazo. En ella ofrece consejos profesionales para cuidar nuestros ojos haciendo unos cambios sencillos en el día a día.
- Beber café
La cultura del café es importante en España. De hecho, un 87 % de la población disfruta tomando un café a cualquier hora del día. Sin embargo, la ingesta excesiva de cafeína se ha sido relacionado con espasmos oculares y un aumento de la presión intraocular, condiciones que incrementan el riesgo de desarrollar glaucoma.
Pero ¿cuánto es demasiado? Aunque esto depende de infinidad de factores, algunos buenos indicadores serían nerviosismo, frecuencia cardíaca bastante elevada, insomnio, cefaleas, temblores musculares y espasmos oculares. Regular la ingesta de cafeína a un nivel moderado reducirá el riesgo de que desarrolles afecciones oculares.
- No dormir lo suficiente
Se ha descubierto que la higiene del sueño se encuentra en la raíz de muchos problemas, ya que influye sobre el estado de ánimo, la capacidad de aprendizaje, la concentración y la retención de información. La salud ocular es tan solo una más en la lista de consecuencias negativas de dormir mal.
Un estudio publicado en la revista BMJ Open, basado en 409.053 participantes, demuestra que existe una relación entre los malos hábitos de sueño y la aparición y progresión del glaucoma. Estos malos hábitos pueden ser dormir demasiado, no dormir lo suficiente, roncar, somnolencia diurna e insomnio.
Por lo general, se considera que lo ideal son 7-9 horas de sueño ininterrumpido durante la noche. Pero tener una buena higiene del sueño es mucho más que irse a la cama temprano. Reducir la exposición a la luz azul en las horas previas a irse a la cama, crear las condiciones adecuadas para un sueño ininterrumpido y reducir la ingesta de cafeína son medidas que pueden ayudar a dormir mejor.
Los higienistas del sueño recomiendan, además, no beber muchos líquidos antes de dormir, ya que los paseos al baño en mitad de la noche son el principal motivo de interrupción del sueño.
- Exposición a la radiación UV sin protección
Una exposición a la radiación ultravioleta sin protección puede provocar una enfermedad ocular denominada fotoqueratitis. La luz UV tiene el potencial de dañar todas las estructuras del ojo, conduciendo finalmente a una pérdida de visión. Las afecciones más habituales son lesiones corneales, cataratas y degeneración macular.
Afortunadamente, la solución es tan sencilla como obvia: llevar gafas de sol. Éstas protegen tus ojos de la radiación UV igual que el protector solar protege tu piel.
Es bueno tener en cuenta que no todas las gafas de sol ofrecen la misma protección y que, además, en algún momento será necesario cambiarlas por unas nuevas. Algunos indicadores de que es necesario renovarlas son el desgaste, arañazos y la sensación de que los cristales pierden opacidad. Si pasas mucho tiempo al sol, tener un par de gafas (y llevarlas regularmente) sería una buena inversión para la salud ocular general.
Tampoco dejes que las nubes te engañen, también los días nublados o fríos pero luminosos pueden dañar tus ojos. Por extraño que pueda parecer, estos problemáticos rayos UV siguen atravesando las nubes en días fríos pero luminosos, y son especialmente peligrosos si hay nieve, ya que se reflejan en ella y llegan a los ojos desde múltiples direcciones. Con 33 estaciones de esquí y más de 1000 kilómetros de pistas en todo el país, los españoles están especialmente expuestos a esta radiación durante sus escapadas de invierno.
- Demasiado tiempo mirando la pantalla
¿Cuál es tu hobby preferido? ¿TikTok? ¿Los videojuegos? ¿Youtube?
Pasar mucho tiempo en el móvil o en el ordenador puede provocar «fatiga visual digital», que se manifiesta en forma de dolor de cabeza, visión borrosa, ojos secos y dolor en la parte superior del cuerpo, alrededor del cuello.
La luz azul que emiten estos dispositivos, con una longitud de onda corta y alta energía, puede dañar la retina. Cuando los utilizamos durante mucho tiempo, solemos parpadear menos y esto puede hacer que sintamos sequedad y molestias en los ojos.
Para reducir el riesgo de daños oculares derivados de la luz azul, es importante hacer descansos frecuentes y tener buenos hábitos de cuidado de los ojos, como ajustar el brillo y el contraste de la pantalla y asegurarse de que esta se encuentre a una distancia adecuada. Utilizar un filtro de pantalla también puede ayudar a reducir la exposición a la luz azul.
También puedes incorporar la regla 20-20-20 en tu rutina diaria. Esta consiste en adquirir el hábito de retirar la vista de la pantalla cada 20 minutos y mirar durante 20 segundos hacia un objeto que se encuentre a unos 20 pies (6 metros) de distancia.
- Utilizar maquillaje después de su vida útil
Cuando una persona que suele maquillarse por fin encuentra una buena máscara de pestañas o una bonita (y también cara) paleta de maquillaje, es normal que le cueste mucho deshacerse de ella. Es posible que tengas la tentación de conservarlo, pero el maquillaje caducado puede albergar bacterias causantes de infecciones que, a su vez, podrían contaminar los ojos.
Aunque en los maquillajes aparece una fecha de caducidad, todos pueden ir deteriorándose con el tiempo en función de su vida útil. Esta vida útil depende de cómo lo uses y lo guardes. Si usas los dedos o aplicadores no esterilizados, aumentan las posibilidades de que las bacterias se transmitan y el riesgo de que sufras una infección.
La solución a este problema es renovar los productos de maquillaje cuando sea necesario. La duración de uso suele indicarse con un símbolo de una botella o un tubo al dorso del producto.
También deberías tener unas buenas prácticas de higiene como no compartir los productos de maquillaje y guardarlos de forma adecuada para evitar la contaminación.
Si ya tienes alguna enfermedad ocular, es recomendable que uses productos hipoalergénicos para reducir el riesgo de infección.
- No comer verduras
No consumir la cantidad de fruta y verdura adecuada puede contribuir a deficiencias de vitaminas A y C, dos antioxidantes muy eficaces.
A lo largo del tiempo, esta falta de vitaminas puede incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades oculares como degeneración macular, cataratas y ceguera nocturna.
¡Una forma de evitar futuros problemas en los ojos es comer verdura! En un estudio realizado por Harvard en 100.000 hombres y mujeres de más de 25 años se descubrió que las personas que comen unas 10 porciones de verduras de hoja verde a la semana tienen un 30 % menos de probabilidades de desarrollar glaucoma que aquellas que no lo hacen.
- El tabaco
1 de cada 4 españoles fuma y, a pesar de que la reducción del consumo es una prioridad, el porcentaje anual de personas que dejan de fumar es insignificante. Fumar causa estrés oxidativo, que tiene el potencial de provocar inflamación en muchas estructuras de los ojos, por ejemplo en la cabeza del nervio óptico.
Por desgracia para los fumadores, no existe ningún modo de contrarrestar los efectos negativos ya causados por el tabaco. Sin embargo, dejar de fumar y hablar con tu médico u oftalmólogo sobre tomar ciertos suplementos es un paso en la dirección correcta.
Si necesitas ayuda , el Ministerio de Sanidad ofrece algunos consejos para dejar de fumar.
- Olvidarte de quitarte las lentillas
Cuando estás cómodo, a veces es fácil olvidarte de que llevas lentillas; sin embargo, no quitártelas antes de hacer ciertas actividades como dormir o nadar puede tener malísimas consecuencias para tus ojos.
Tanto dejarte puestas las lentillas durante la noche como llevarlas más tiempo del recomendado puede provocar infecciones en los ojos. Llevar las lentillas durante demasiado tiempo puede producir síntomas de sequedad y, en casos más graves, causar una inflamación de la córnea por la disminución del oxígeno en el ojo.
Algunos pasos sencillos para evitarlo incluyen configurar alarmas en tu teléfono para quitarte las lentillas antes de ir a la cama, colocar recordatorios al lado del cepillo de dientes y asegurarte de guardar y limpiar bien las lentillas.
- Frotarte los ojos
Nos frotamos los ojos principalmente por cansancio, porque nos pican o nos molestan, pero el problema de esto es la propagación de bacterias o infecciones.
Piénsalo: una simple visita al supermercado te pone a ti, y por tanto a tus manos, en contacto con los gérmenes de muchas personas. Por tanto, frotarte los ojos es una forma fácil de propagar las bacterias al ojo.
Además, frotarse los ojos frecuentemente y con intensidad puede hacer que la presión intraocular aumente, un factor que predispone a la progresión del glaucoma.
Una buena higiene personal y estar pendiente de lavarse las manos debería ayudar a reducir el riesgo de transmisión de las bacterias y la suciedad a los ojos. Si tus ojos están constantemente irritados, probablemente deberías visitar a tu oculista o farmacéutico.
- Estrés
El estrés puede afectar directamente a la salud de nuestra vista, causando desde afecciones leves a problemas más complejos, dependiendo de los niveles de estrés, de nuestra predisposición y vulnerabilidad.
Si los problemas de visión relacionados con el estrés se tienen bajo control, no suelen ser tan graves. Los trastornos oculares más comunes relacionados con el estrés son los espasmos oculares y la fatiga visual.
Si sufres estos síntomas, acude sin dudarlo al oculista. Una de las soluciones puede ser la realización de actividades que reduzcan el estrés como meditación, ejercicio y trabajo respiratorio.